1.Los rollos del mar muerto
En 1947, fruto de la casualidad, se encontraron en las Cuevas de Qumran (Cisjordania), nada menos que 972 manuscritos. La mayoría de ellos datados entre los años 250 a.C. y 66 d.C.
Los 7 primeros rollos los encontraron dos pastores beduinos de la tribu Ta’anureh en el mencionado año, en una de las cuevas persiguiendo a una de sus cabras.
Tras varias vicisitudes, tres rollos terminaron en las manos del profesor judío Eleazar Sukenik, arqueólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Cuando se percató del valor incalculable de los mismos los compró, en 1954. Esto suscitó el interés de otros arqueólogos bíblicos y el posterior descubrimiento de otros 600 pergaminos y cientos de fragmentos.

2.Manuscritos de Saná – La versión más antigua del Corán
Se encontraron el año 1972, mientras restauraban una pared de la Gran Mezquita de Saná, en Yemen. Un trabajador halló en un hueco entre el techo y el tejado una montaña de documentos que resultaron pertenecer a 950 Coranes del principio del Islam. Los pergaminos en los que estaban escritos estos textos son de los siglos VII y VIII, la época decisiva en la configuración del Islam.
Sin embargo, originalmente no sabían lo que habían encontrado, hasta el punto de meter todos los documentos en sacos de patatas y dejarlos en una escalera interior de un minarete de la mezquita.
Qadi Ismail al-Akwa’, presidente de las antigüedades de Yemen, pensó que podía ser un importante descubrimiento y pidió ayuda internacional para investigar los fragmentos, ¡afortunadamente!
3.Manuscritos de Nag Hammadi
En diciembre del año 1945, Muhammad Alí al-Samman, junto con sus hermanos y otros cuatro campesinos de una población cercana a Nag Hammadi, fueron a una zona montañosa buscando fertilizantes para sus cultivos. Excavando una gran mole de piedra encontraron una jarra de cerámica sellada, y tras romperla, encontraron 12 códices.
Los volúmenes se dispersaron en un primer momento, pero finalmente, todos fueron enviados al Museo Copto de El Cairo, donde pudieron examinarse, y sobre todo, preservarse.
El contenido de los códices está escrito en copto, entre los siglos III y IV d.C. De ellos, el más conocido es el Evangelio de Tomás, y ha permitido el estudio minucioso de la historia del cristianismo primitivo.
4.Piedra Rosetta
Sin lugar a dudas, es uno de los descubrimientos más importantes de la historia, pues gracias a su inscripción se pudo descifrar la escritura jeroglífica egipcia.
Fue el 15 de julio de 1799 cuando Pierre-François Bouchard, soldado del ejército napoleónico, realizaba junto a otros soldados unos trabajos de excavación en la ciudad de el-Rashid (Rosetta), para ampliar los cimientos de una fortificación. En su lugar, encontraron un gran bloque de piedra gris.
Al presentar las mismas inscripciones en tres idiomas diferentes: griego, egipcio demótico y egipcio jeroglífico, permitió que se descifrara el último. El texto recogía un decreto de afirmación del culto real del faraón Ptolomeo V.
5.Manuscritos envenenados
Parece sacado de un libro de Umberto Eco, pero no, sucedió en la realidad. En la Universidad del Sur de Dinamarca tenían 3 libros envenenados con arsénico, pero no lo sabían. Se trata de dos libros de Historia y otro de biografías de figuras religiosas, datados entre los siglos XVI y XVII.
La cuestión es que los llevaron a investigar porque tenían textos escritos en su encuadernación, y gracias a que fueron examinados, se descubrió que esta estaba recubierta con un líquido verde que contenía arsénico.
No se cree que fuese ningún complot digno de la literatura o de la gran pantalla, más bien piensan que se utilizó el pigmento verde para proteger el libro de los insectos en su momento, pues la toxicidad del arsénico se descubrió ya en la segunda mitad del siglo XIX.
6.El Codex de Lerma
En la década de 1950, el profesor Maarten Vente descubrió casualmente este manuscrito musical en uno de sus viajes por estudios a Lerma. Dado que no tenían en muy buena consideración este manuscrito, el profesor lo pudo comprar sin muchas dificultades, al conocer el valor real del mismo.
El manuscrito, del siglo XVI, es una importantísima fuente de información para conocer el repertorio musical que circulaba en España en este siglo, pues contiene obras de Clemens non papa y de Cristóbal de Morales desconocidas hasta el momento. Además, es de los pocos libros de música para Ensemble Instrumental.
7.Poema de Lorca en la Biblioteca del Congreso
Hace poco más de una década, el profesor de la Universidad de Boston Christopher Maurer encontró de forma casual el primer borrador, con correcciones a mano del propio autor, del poema ‘Oficina y denuncia’, de Federico García Lorca.
Este manuscrito se creía perdido hasta la fecha. El profesor, vio que en un catálogo de música de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. aparecía el nombre de García Lorca. Al presentarse en la misma biblioteca para investigarlo, descubrió que era uno de los seis poemas autógrafos de ‘Poeta en Nueva York’ que estaban desaparecidos.
Y hasta aquí la publicación de hoy. Si te ha gustado, seguramente también resulte de tu interés esta otra que resuelve el interrogante sobre cuál es la biblioteca más grande del mundo.