El uso de las citas como sistema de evaluación, ¿es un análisis correcto o tendencioso?

La publicación científica

Uno de los productos principales derivados del desarrollo de actividades científicas es la publicación de trabajos en revistas científicas. Aleixandre Benavent, et. al., (2004) exponen que, por una parte, éstas constituyen un vehículo que posibilita la transmisión del nuevo conocimiento (…), y por otra, permiten a los investigadores (…) establecer la prioridad en los descubrimientos, el reconocimiento de su labor y, por ende, su prestigio.

Esto nos conduce a suponer que las publicaciones científicas requieren de ciertos elementos que fundamenten lo que se ha expuesto en un determinado trabajo, y es en este punto donde entran en juego las citas. Nass de Ledo, (2013) explica que un trabajo científico debe ser publicado para que se difunda y tenga validez; debe estar bien documentado, con un correcto uso de las citas, y la inclusión de ellas en el texto. Con lo cual, todo trabajo científico debe citar y referenciar todos aquellos trabajos que en mayor o menor medida tienen relación con éste.

El uso de las citas como método de evaluación

Urbano Salido, (2001), declara que la manifestación explícita de esas relaciones se pone en evidencia por el uso de citas a pie de página o listas de referencias de documentos citados, tal y como marcan las buenas prácticas de redacción y la tradición científica. Por lo tanto, para evaluar la actividad científica se puede desarrollar un análisis de las citas, y en este caso, revisaremos tal actividad con la finalidad de evidenciar si el uso de citas en los trabajos académicos es una tarea oportuna o tendenciosa.

Se establece pues, que el análisis de citas es un método de evaluación de la ciencia, ya que analiza y cuantifica la importancia de autores e instituciones. Sin embargo, ya en los primeros años en los que comenzó a utilizarse esta metodología de evaluación no todas las críticas que recibió fueron favorables, pues también tuvo y sigue teniendo muchos detractores.

 

Luces y sombras del uso de las citas

En sus primeros años cabe destacar a uno de los principales artífices de la teoría clásica, Merton (1973), quien señala que es a través de las citas cómo se da reconocimiento a otros autores. No obstante, al mismo tiempo que los unos vanagloriaban esta práctica, los otros la criticaban, posicionándose como detractores de este sistema. Así mismo, los primeros decidieron realizar lo que se conoce como los Tests de Comprobación para dar validez al sistema de evaluación mediante citas, en este sentido, podemos destacar la obra de Lawani, S.M y Bayer, A.E (1983). Más adelante, encontramos hipótesis alternativas como el Modelo Retórico, en la cual se prioriza la persuasión frente al crédito, y la retórica frente al reconocimiento, posicionando las citas como un mero elemento más de argumentación en los trabajos.

Desde otro punto de vista, encontramos a quienes están en contra de que se utilice el análisis de citas como sistema de evaluación. A modo de ejemplo, podemos destacar a McRoberts, M.H y McRoberts, B.R, (1988) quienes, posicionados en contra de lo que declara la teoría normativa, deciden hacer una revisión e investigación empírica para evidenciar que el análisis de citas como elemento de evaluación de la ciencia es una práctica tendenciosa, y así lo evidenciaron en su trabajo.

 

Un sistema generalizado

Llegados a este punto, encontramos críticas positivas y negativas a esta práctica. A día de hoy, el uso de citas es un sistema generalizado y utilizado por toda la comunidad académica y científica, si bien es cierto que son diversas las críticas que puede recibir, como es el caso de la elaboración de autocitas o citaciones a otros y enfocadas a ciertos intereses, ya sea por parte de los autores o por parte de las entidades editoras.

Lo cierto es que cuando se hagan estudios buscando evidencias sobre trabajos no citados, siempre van a encontrarse, porque hay mucha literatura escrita y siempre van a haber referencias e ideas similares plasmados anteriormente y no citados, porque tal vez son conocimientos adquiridos por la lectura de otras obras semejantes que han conducido al autor de la presente a llegar a unas determinadas hipótesis similares a otras que ya se dieron, pero que no se han consultado. De hecho, la cantidad de literatura circulante crece de forma abismal, y sería imposible conocer y citar toda la que hay sobre un determinado tema. De manera que concluimos en que el análisis de citas es una práctica correcta, siempre y cuando los autores hayan trabajado con ética profesional y sin enfocar su trabajo a ningún tipo interés como los mencionados anteriormente.

Bibliografía:

Benavent, A. et al. (2004). El factor de impacto: un polémico indicador de calidad científica. Rev Esp Econ Salud, 3(5). Recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Rafael_Benavent2/publication/290164174_El_factor_de_impacto_Un_polemico_indicador_de_calidad_cientifica/links/56e87dfe08ae9bcb3e1cd43e.pdf

Lawani, S.M. y Bayer, A.E. (1983).  Validity of citation criteria for assessing the influence of scientific publications: new evidence with peer assessment. Journal of the American Society for Information Science, 34(1), pp. 59-66.

Nass de Ledo, I. (2013). Las referencias bibliográficas. Rev Venez Oncol, 25(2), p. 61. Recuperado de: http://www.oncologia.org.ve/site/upload/revista/pdf/01._editorial_(61).pdf

Urbano Salido, C. (2001). El análisis de citas en trabajos de investigadores como método para el estudio de uso de información en bibliotecas. Anales de Documentación, 4, pp. 243-266. Recuperado de: http://revistas.um.es/analesdoc/article/view/2281/2271

 

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