Para conocer cuáles fueron los primeros libros, tenemos que retroceder 5.000 años a las regiones del sureste asiático, a las zonas bajas bañadas por los ríos Tigris y Éufrates de la antigua Mesopotamia. No es casual que fuese en Sumer, del sur de la región antes mencionada, donde nació la escritura en torno al año 3.000 a. C.

Los probables inventores de la escritura, los sumerios, desaparecieron como entidad política hace unos 4.000 años. No obstante, su lengua, que dejó de ser hablada, se conservó en los escritos y perduró como vehículo de los textos litúrgicos, científicos y literarios unos dos mil años más. Algo similar a lo que ocurrió en nuestra civilización occidental con el latín, que se mantuvo como lengua de la Iglesia Católica siglos después de la desaparición del Imperio Romano.
¿Qué y cómo escribían en la antigua Mesopotamia?
La tablilla de arcilla y la escritura cuneiforme fueron el primer libro y escritura que se conoce. Ambas, fueron utilizadas por sumerios, acadios, babilonios, asirios, elamitas, urarteos, hititas, entre otros pueblos.
Las también conocidas como tabletas cuneiformes eran denominadas tuppu por sus creadores. Utilizaban como materia escritoria la arcilla, cortada en planchas planas o ligeramente abombadas, de unos 30 o 40 centímetros algunas, y otras de dimensiones menores.
En el momento de la escritura, la arcilla estaba húmeda y se fijaba el texto con un estilo o cálamo. De hecho, el vocablo cuneiforme, procede de cunea, la palabra latina que significa “cuña”, pues los caracteres se originaban marcando pequeñas cuñas sobre la arcilla. Una vez fijado el texto, se dejaban secar al sol hasta que se endurecían, y para mayor dureza, se cocían dentro de un horno.

Sin embargo, no se empleó únicamente la tablilla de arcilla como material escritorio. Cuando se trataba de documentos de gran valor se empleaba la piedra o metales preciosos, y sobre ellos, tinta. Para otros documentos varios también se utilizó la madera, el bambú e incluso pieles.
¿Cuál era el contenido de estos libros?
La mayoría de las tabletas disponibles son documentos administrativos, económicos y legales (recibos, contratos, sentencias judiciales,…). Con el tiempo, a parte de estas tres tipologías también se desarrolló la literatura: épica, además de textos científicos, filosóficos, históricos y religiosos.
Gracias la Arqueología, se han encontrado verdaderas bibliotecas de tablillas. Especial mención merecen las cinco mil cartas encontradas en Mari y las de Amarna (Egipto), estas últimas dirigidas a los faraones, y las tablillas del archivo real de Ebla. Tal vez el documento más conocido de esta época es el poema que narra las hazañas de Gilgamés, el “Poema de Gilgamés”, y la biblioteca más conocida de la época, aunque ya más rezagada en el tiempo, la del Rey Asurbanipal, con más de 30.000 tablillas de arcilla.
Y hasta aquí la publicación de hoy. Si te ha resultado interesante, seguramente también te guste esta otra sobre ¿Cuál es la biblioteca más antigua de la historia?. Ante cualquier sugerencia, no dudes en dejar tu comentario o escribir a info@universoescrito.com
Bibliografía:
Escolar Sobrino, H. Historia social del libro. 1, La tableta cuneiforme. Madrid: Asociación Nacional de Bibliotecarios, Archiveros y Arqueologos, 1974.
Murray, Stuart A. P. Bibliotecas: una historia ilustrada. Madrid: La Esfera de los Libros, 2014.
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